Un año más desde nuestra pequeña (de tamaño, graaaaaande de espíritu) escuela de Velilla de Cinca, nos reunimos para festejar dos acontecimientos: el otoño y su fruto principal, la castaña y el día de difuntos. Durante estos días las historietas de miedo, las canciones con letras que ponen los pelos de punta se han mezclado con los panellets, con un poco de lluvia y con alguna que otra hoja seca. Mezclando todos estos ingredientes nos ha salido una jornada gastronómica peculiar:
Por la mañana elaboración de los dulces de almendra, todo el mundo con las manos en la masa dando forma a aquella que por la tarde será degustado con todo placer.
Apenas acabamos de comer y ya están aquí ¿Quiénes? Pues ellos y ellas, dispuestos a prepararse para la tarde. Nuestras aulas, tan polivalentes siempre, hoy parecen los camerinos de un teatro. Unos van de negro, otros de blanco, y alguno que otro de blanco y negro. Los baños a tope, una larga cola y caras blancas desfilando. Otros cardan el pelo, las ojeras a cual más terrorífica… ¡¡¡uy¡¡¡ y esa sangre que se desliza es de lo más real. Y entre tanto, para despistar un juego de pistas…
A las 16:00 horas es la cita. TUMBAS por aquí y TUMBAS por allá dice la canción de los Titiriteros de Binéfar. ¿La coreografía? En cuatro recreos montada y ensayada. El baile está apunto, Madres, Padres, Abuel@s y vecinos esperan. Genial, hemos bailado muy acompasados y sin duda nos hemos ganado unos panellets con refrescos.
ESCUELA DE VELILLA DE CINCA.
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